domingo, 4 de septiembre de 2011

Pérdida de la memoria por consumo de alcohol

En esta época de fiestas, ingerir alcohol en exceso es una posibilidad real que acarrea consecuencias negativas con la ley, con el bienestar del prójimo y con la propia vida. Aunque se tomen medidas para prevenir accidentes y problemas con las autoridades, es importante mantenerse consciente de vigilar la cantidad de consumo para moderarse, no sólo por las consecuencias nefastas sino también por la salud.
En ocasiones, las personas no toman en serio el hecho de no recordar nada de lo que pasó la noche anterior cuando se ha exagerado la ingestión de alcohol. Llegar al extremo de perder la memoria no es asunto de bromas. Esta es una de las muchas repercusiones que causa el exceso de alcohol.
El cerebro tiene la capacidad de “grabar” lo que sucede, las cosas que se ven, se sienten, se dicen y se prueban, todo. Cuando ocurre un lapso en la memoria, o el llamado blackout provocado por el alcohol, quiere decir que el cerebro es incapaz de fijar cierta información y la creación de la memoria de esos hechos es interrumpida.
La pérdida de la memoria, sin embargo, no necesariamente está relacionada con la pérdida del conocimiento. Mientras que quienes padecen esto último caen en la inconsciencia y se duermen, los que pierden la memoria continúan en movimiento, pero con falta de autocontrol. Entran en un estado en que se dificulta la toma de decisiones y el reconocer los peligros. Los actos son impulsivos y pueden llegar a extremos de conducta criminal o promiscua, sin pensar en las consecuencias.
Cada individuo reacciona diferente después de ingerir alcohol. Algunas personas se emborrachan con dos cervezas y otras necesitan varios tragos de licor fuerte. Lo mismo pasa con las personas que pierden la memoria o experimentan lagunas mentales, que puede ocurrir con tan solo un trago, lo que podría estar ligado a alergias o deficiencias nutricionales que la persona desconoce y que la hace más susceptible al alcohol. Por su lado, la pérdida de la memoria puede darse en bloques, cuando se olvida lo acontecido en su totalidad, o en fragmentos, cuando se experimentan lagunas o porciones que se olvidan.
Desde el punto de vista neurológico, no hay una razón exacta que pueda determinar qué provoca la pérdida de la memoria ligada al consumo de alcohol. La neuróloga Adriana Rodríguez explicó que el mecanismo de lo que sucede no es muy claro. “Se piensa que los lóbulos temporales son los afectados. Es bien difícil de comprobar, porque los exámenes de resonancia magnética (MRI) no reflejan estos cambios”.
Pero se sabe que la bebida sin moderación afecta el cerebro gradualmente y provoca efectos secundarios neurológicos. Uno de los peligros más comunes son las convulsiones, y hay otras condiciones que afectan la memoria. “Las convulsiones pueden causar trauma cerebral, infecciones, accidentes cerebrovasculares y hasta epilepsia. Las personas que han tomado por mucho tiempo pueden desarrollar el Síndrome de Korsakoff, ligado a la mala nutrición que los alcohólicos llevan y a la falta de vitamina B1. Presenta síntomas de amnesia o lagunas, así como problemas sensoriales y motores, confusión extrema, cambios en la personalidad y riesgo de muerte debido a problemas cardíacos, de hígado o gastrointestinales”, explicó Rodríguez, de la Cleveland Clinic.
La falta de coordinación motora es otro de los daños funcionales causados por una borrachera. “Los alcohólicos se caen, se tropiezan, algunos sufren golpes y estos traumas pueden provocar hematomas y hemorragias que afectan al cerebro”, explicó la doctora colombiana.
Los blackouts pueden ser ocasionales o recurrentes. Cuando suceden con frecuencia pueden ser señal de alcoholismo. Es importante determinar si se trata de una deficiencia nutricional o una alergia al alcohol, o si es un problema de control de consumo. En cualquiera de los casos, se debe buscar atención profesional.
La doctora Rodríguez advierte que cuando una persona pierde el conocimiento por consumo excesivo de alcohol está en peligro. Usualmente estas personas parecen dormir, pero alguien que ha perdido el conocimiento (lo que también se llama passing out) podría ahogarse en su propio vómito o ser víctima de abuso sexual.
“Una persona que sólo está dormida, debería responder de inmediato a cuando la llamen o al moverla. Si vemos a una persona que parece dormir después de ingerir mucho alcohol, llámela por su nombre. Si no responde, tome su pulso y verifique que no esté frío al tacto”. Si éste es el caso, busque ayuda inmediata