lunes, 20 de diciembre de 2010

COMO DEJAR EL ALCOHOL Y SINDROME DE ABSTINENCIA EN EL ALCOHOLISMO

El alcohol es un depresor del sistema nervioso central. Actúa en la mayoría, si no en todas las estructuras cerebrales, como la formación reticular, la médula espinal, la corteza cerebral, el cerebelo, afectando a muchos neurotransmisores.

En el sistema nervioso central, el alcohol interfiere en el proceso por el que determinadas células nerviosas reciben órdenes para activarse, a la vez que acelera los procesos por los que las células nerviosas reciben mensajes para frenar su actividad. Así, el alcohol actúa como un inhibidor bioquímico de la actividad del sistema nervioso central y por eso, entre sus efectos, están la sedación y la reducción de la ansiedad. Estos efectos son los principales sobre los que debe actuar cualquier tratamiento para dejar el alcohol, como los que se aplican en los centros de desintoxicación del alcoholismo.

La Abstinencia de Alcohol y el Síndrome de Abstinencia en el Alcoholismo

En la sociedad contemporánea, el consumo recreativo de alcohol se ha extendido por todos los ámbitos sociales y es aceptado en muchas culturas como una costumbre integradora y festiva. Pero con el incremento de este consumo ha surgido también un complejo problema de salud pública: la dependencia y adicción al alcohol (alcoholismo), una enfermedad con consecuencias graves para la salud del adicto, así como para su entorno familiar y social. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre el 40 y el 60 por ciento de las muertes por lesiones producidas en Europa están relacionadas con el consumo de alcohol (alcoholismo).

La adicción al alcohol, aunque todavía se considere erróneamente como un asunto de falta de voluntad o de carácter, es una entidad mórbida que escapa del control del enfermo y que requiere tratamiento para dejar el alcohol y el consumo compulsivo de esta sustancia. El tratamiento de alcohol, bajo esta consideración, se enfrenta a uno de los principales obstáculos para la recuperación del paciente: el síndrome de abstinencia.

Los síntomas de abstinencia al alcohol (Sindrome de abstinencia) aparecen porque una vez en el cerebro, el alcohol afecta a unas sustancias químicas llamadas neurotransmisores que controlan el flujo de información entre las células cerebrales llamadas neuronas, relacionadas entre sí por las sinapsis, y que por esta neuroadaptación patológica que provoca el alcohol, terminan alterando el comportamiento, el pensamiento y los sentimientos de las personas.

Con el consumo crónico de alcohol, estos neurotransmisores se ven afectados y el cerebro experimenta un cambio en su estructura y funciones, de manera que sólo puede funcionar “normalmente” con la presencia de alcohol. La persona cuyo cerebro se ha habituado al alcohol necesita aumentar cada vez más su consumo (tolerancia) para obtener los efectos de las primeras veces que bebió, con la consecuencia de que al dejar de beber abruptamente, afloran los desórdenes cerebrales causados durante el consumo y que estaban ocultos por esa aparente “normalidad”. Esos desórdenes, que causan los síntomas de abstinencia, sólo disminuyen o desaparecen cuando se vuelve a ingerir alcohol. Por esta razón, es difícil para un adicto dejar de beber alcohol, cuando sabe que encontrará remedio para su síndrome de abstinencia gracias al consumo de alcohol.

Síntomas del Síndrome de Abstinencia en el Alcoholismo al Dejar el Alcohol

Los sintomas de la abstinencia son los opuestos a los efectos farmacológicos del consumo de alcohol. Tal como se ha señalado más arriba, el alcohol inhibe la actividad del sistema nervioso central y por tanto produce sedación. Durante el síndrome de abstinencia el sistema nervioso central experimenta el efecto contrario: se aumentan los procesos activadores a la vez que se disminuyen los procesos depresores. Estos cambios producen una sobreactivación del sistema nervioso central que se experimenta dolorosamente por el paciente, como el síndrome de abstinencia.

En esta sobreactivación, que ha sido observada en investigaciones clínicas en pacientes con síntomas de abstinencia moderados, se experimenta hiperactividad del sistema nervioso simpático y un incremento, que puede ser tóxico para las células nerviosas, de la producción de hormonas como el cortisol y la norepinefrina. Se ha visto, incluso en personas que sólo ocasionalmente abusan del alcohol, que la resaca de la “mañana después” es realmente una forma suave de los síntomas de abstinencia mientras la cantidad de alcohol en la sangre va disminuyendo.

En algunos pacientes que tienen una menor dependencia química, los síntomas de abstinencia de alcohol pueden ser tan “suaves” como experimentar temblores, sudores, nauseas, dolores de cabeza, ansiedad o incremento del ritmo cardiaco y de la presión sanguínea. Aunque estos síntomas son incómodos, no necesariamente son peligrosos. Pero frecuentemente vienen acompañados de un fuerte deseo o ansia por consumir más alcohol, por lo que la decisión de continuar en la abstinencia o dejar el alcohol se hace mucho más difícil.

Por otro lado, y muy frecuentemente cuando existe adicción al alcohol, se pueden experimentar alucinaciones entre las seis y las cuarenta y ocho horas después de dejar de beber. Normalmente son alucinaciones visuales, pero pueden comprender sonidos y olores, y durar desde unas horas hasta semanas. También en este periodo de abandonar el consumo o dejar el alcohol, pueden aparecer convulsiones. Estos síntomas pueden derivar en delirium tremens.

El delirium tremens por abstinencia alcohólica comienza habitualmente entre las 48 y las 72 horas posteriores a la última ingesta de alcohol y es precedido de los síntomas tempranos de la abstinencia, aunque estos pueden quedar enmascarados o retardados por otras enfermedades o medicaciones. Los signos de hiperactividad simpática (como taquicardia, hipertensión, fiebre y sudoración excesiva) son frecuentemente profundos y son las principales marcas del delirium tremens, junto con otros como confusión profunda, desorientación y graves alteraciones cardiovasculares. Una vez que el delirium tremens comienza, pueden producirse convulsiones muy graves, ataques al corazón y apoplejías que pueden ser mortales. El promedio de muertes es de entre un 1% y un 5%, y se incrementa con un diagnóstico tardío del alcoholismo, tratamiento inadecuado y condiciones médicas concurrentes.

Por estas razones, un tratamiento de desintoxicación de alcohol sin un adecuado manejo médico y un apropiado nivel de cuidados de enfermería constituyen un alto riesgo para la salud e incluso para la vida de las personas dependientes del alcohol. Por otro lado, síndromes de abstinencia repetidos y sin un tratamiento adecuado podrían producir futuros síntomas de abstinencia de mayor gravedad. Muchos investigadores creen que los alcohólicos que no pueden dejar el alcohol y sufren recaídas, deben recibir terapia farmacológica para controlar los síntomas de abstinencia y reducir así el riesgo de posibles ataques y daños cerebrales para dejar el alcohol sin dolor.
ALCOHOLISMO. SÍNTOMAS DE LA ABSTINENCIA ALCOHOL
(Sindrome de Abstinencia)
 • Ansiedad, agitación
 • Dolor de cabeza
 • Alteraciones auditivas
 • Náuseas y vómitos
 • Disminución de las sensaciones
 • Ataques
 • Delirium tremens
 • Alteraciones táctiles
 • Sudoración excesiva
 • Temblores
 • Signos vitales elevados
 • Alteraciones visuales
 • Ansia de consumo (craving)

Como dejar el Alcohol: La Desintoxicación del Alcoholismo sin Síndrome de Abstinencia es posible

En definitiva, el síndrome de abstinencia es un obstáculo fundamental para la recuperación de la adicción al alcohol. Sin embargo, la desintoxicación sin síndrome de abstinencia es posible. El síndrome de abstinencia del alcohol no es un comienzo ineludible de todo tratamiento para dejar el alcohol o superar la dependencia del alcohol, como se ha comprobado en los tratamientos avanzados, sino que por el contrario, puede ser evitado con una concreta y específica intervención. 

Para evitar el síndrome de abstinencia, es necesario recuperar las funciones cerebrales que han resultado dañadas por la adicción al alcohol. Pero esto no es posible simplemente con una desintoxicación “tradicional” o simplemente con dejar el alcohol. Las neuronas deben ser recuperadas con una intervención farmacológica que permita que el paciente no sufra, ni síntomas de abstinencia ni ansia de consumo, y que más allá de este procedimiento, permita también una recuperación de los procesos cognitivos y afectivos que han sido dañados, como la retención, la capacidad para leer, la conciencia o la serenidad.

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