viernes, 20 de mayo de 2011

El Suicidio

La mayoría de los suicidios tienen lugar durante una crisis depresiva. El suicida siente un dolor emocional que se le hace insoportable, se siente desesperado, piensa que nada cambiará en el futuro, que no puede contar con nadie que le dé su apoyo y no ve más salida a su sufrimiento que la muerte. Sin embargo, estas personas no quieren dejar de vivir; lo que verdaderamente quieren es dejar de sufrir, pero su estado mental depresivo les impide pensar en otras soluciones.

El suicidio no se elige; sucede cuando el dolor es mayor que los recursos para afrontarlo. A lo largo de nuestra vida aprendemos diversas formas de solucionar los problemas. Algunas personas tienen más recursos de afrontamiento que otras. Pero es algo que siempre se puede aprender durante una psicoterapia.

La clave: la depresión se puede tratar por medio de psicoterapia y medicación antidepresiva. Los problemas se pueden resolver aprendiendo las diversas formas de hacerlo.

Síntomas:

-         Tristeza persistente..

-         Desesperación, impotencia, sensación de falta de valía

-         Pesimismo y/o culpa.

-         Fatiga o pérdida de interés en actividades ordinarias, incluido el sexo.

-         Alteración en los patrones de sueño y alimentación.

-         Irritabilidad. Se enfada fácilmente por pequeñas cosas que antes no le molestaban.

-         Ansiedad y ataques de pánico.

-         Dificultad para concentrarse, recordar o tomar decisiones.

-      Aislamiento. Falta de interés en comunicarse.

-         Pensamientos, planes o intentos de suicidio

Ejemplos que son muestra del síntoma anterior:

Decir cosas como: “todo el mundo estaría mejor sin mí”; “no importa; no estaré aquí mucho tiempo más”; “lo sentirás cuando esté muerto”. Estas frases hay que tenerlas muy en cuenta y no considerarlas sólo palabras.

Preocupación por la muerte: hablar o escribir sobre ella.

Implicarse en conductas de riesgo, como exceso de velocidad.

Hablar sobre el suicidio, incluso bromeando.

Estos signos, que pueden ser conscientes o inconscientes, son muchas veces un grito de ayuda de una persona que no es capaz de expresar lo mal que se está sintiendo. La presencia de estos signos no indica necesariamente que quiere suicidarse, pero conviene estar atentos.

La Clave: Cuanto mayor es la depresión mayor es el riesgo de suicidio.

Qué hacer si detectamos los indicios mencionados

1) Lo primero es preguntárselo. No pienses que por preguntar a alguien si ha pensado en suicidarse le vas a “dar la idea” de hacerlo. Eso no es cierto. Ten en cuenta que son pensamientos y sentimientos que se viven en un gran aislamiento y de los que la mayoría de las personas no se atreven a hablar debido al tabú que existe a su alrededor. Te agradecerá que le des esa oportunidad y le permitas hablar libremente. Tener a alguien que le escuche puede ayudarle mucho.

Me dijo que sí quiere suicidarse ¿y Ahora?

-Escucha atentamente lo que tenga que decirte sin juzgarle. Lo importante no es si lo que te dice es realista, sino cuáles son sus sentimientos. (Recuerda que para esta persona sus problemas son tan graves como para preferir la muerte antes que seguir soportándolos)

- No trates de minimizar sus problemas e intenta ponerte en su lugar y entender lo que siente.

-No hagas que se sienta culpable diciendo, por ejemplo, que hará un daño enorme a su familia.

-Muéstrale cariño; permítele expresar sus sentimientos; deja que llore o se enfade.

- Dile que lo que le sucede tiene otras alternativas (terapia), dale tu apoyo y  hazle entender que estarás con él para ayudarle a superar todo esto

- Ayúdale a encontrar un psicólogo o psiquiatra. Dile que no pierde nada con intentarlo, que para suicidarse siempre hay tiempo. (A veces es más fácil conseguir que posponga el suicidio que lograr que abandone esas ideas).

NOTA: Recuerda que la persona con deseos de suicidio debe de acudir con un especialista inmediatamente.

Factores de riesgo

Hay algunas circunstancias que aumentan la probabilidad de que una persona se suicide. Entre ellas:

Historia familiar de suicidio.Intentos anteriores de suicidio.Depresión.Abuso de sustancias.Decline en el nivel socioeconómico.Pérdidas significativas: muerte de un ser querido, pérdida de un empleo, pérdida de una relación importante.Abuso: físico, emocional, sexual o social.

Mitos sobre el suicidio

1.      La gente que habla de suicidarse en realidad no lo hace. FALSO. La mayoría de la gente que comete suicidio o lo intenta ha avisado directa o indirectamente.

2.      Cualquiera que intente matarse está loco. FALSO. El dolor emocional extremo no es necesariamente un signo de enfermedad mental.

3.      Si una persona está decidida a matarse nada ni nadie puede impedirlo. FALSO. La mayoría de los suicidas no quieren morir; sólo quieren librarse del dolor emocional y pueden tener sentimientos mezclados de vida y muerte hasta el último momento.

4.      Una mejora después de una crisis suicida significa que ya no existe riesgo de suicidio. FALSO. Aunque empiece a sentirse mejor, los pensamientos suicidas pueden persistir durante un tiempo o volver a aparecer en determinados momentos.

Fuente: Cepvi

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