jueves, 9 de junio de 2011

Hoy día la marihuana tiene una concentración de tetrahidrocannabinoides (THC) hasta tres veces mayor que hace 15 años.

En palabras de la directora del Instituto Nacional de Abuso de Drogas de EEUU, Nora Volkow, una de las principales expertas en el campo del abuso de sustancias, la marihuana que se consume hoy en día es mucho más nociva que la de hace quince años, dado que tiene una concentración de tetrahidrocannabinoides (THC) hasta tres veces mayor.

En la década de los ochenta y noventa los cigarros de marihuana presentaban una concentración de THC de aproximadamente el 2%, mientras que actualmente este porcentaje es, “como mínimo”, del 6%, aunque en algunos casos puede alcanzar el 18%.

Ello es debido a que cuanto más concentrada es la marihuana se la considera de mejor calidad y se puede vender a mejor precio, por lo que los productores tratan de ofrecer las plantas con la mayor cantidad posible de THC para obtener también el mayor beneficio, ha apuntado Volkow.

Todo ello conlleva el aumento en el número de emergencias médicas asociadas al consumo de marihuana, especialmente de brotes psicóticos. “Lo que genera más preocupación en el mundo médico es el aumento de los brotes psicóticos asociados al consumo de cannabis, algo que puede ser muy devastador para la persona que lo sufre”, ha afirmado la investigadora, para quien estos efectos en la salud demuestran que “la marihuana es más dañina de lo que mucha gente quiere pensar”.

Y es que el cannabis también puede generar arritmias cardíacas, estados de pánico y trastornos mentales, especialmente entre los adolescentes, que son precisamente “los que más frecuentemente abusan de esta sustancia”, a la que a menudo ven, de manera errónea, como una droga “blanda” e inocua.

Los gobiernos de diferentes países llevan muchos años impulsando campañas de prevención de drogas dirigidas, mayoritariamente, a los más jóvenes, aunque los resultados, hasta ahora, han sido poco esperanzadores, pues el consumo de algunas sustancias, como la cocaína o el cannabis, no ha hecho más que crecer.

En opinión de Volkow, el fallo que se ha cometido en todos estos años es haber exagerado los efectos de las drogas sin haber dado una evidencia científica de sus consecuencias, de tal manera que “los mensajes han perdido el factor de influencia que podían tener”.

Sobre cuáles son los factores que determinan que una persona acabe siendo adicta a una sustancia estupefaciente, la investigadora ha destacado, en primer lugar, el genético, ya que los estudios científicos han demostrado que “la vulnerabilidad a la adicción está condicionada casi en un 50% por los genes”.

También el haber padecido enfermedades psiquiátricas aumenta esta vulnerabilidad, así como las situaciones de estrés, la influencia de la familia o los amigos y la edad en la que se inicia el consumo, que entraña más riesgo cuanto más joven se es.

Fuente: psiquiatria.com

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