jueves, 9 de junio de 2011

La cara oculta de los establecimientos educativos.

La cara oculta de los establecimientos educativos.

Consumo y venta de sustancias adictivas, dentro y fuera de las instituciones educativas, sin importar estratos ni edades, es lo que pocas autoridades en la ciudad se atreven a divulgar. Sin embargo, los expendedores de drogas se mantienen alerta para hacer crecer su mercado, sin importarles si quienes se convertirán en sus clientes, son casi niños.

Todo el ambiente está amparado por un silencio cómplice, similar al de las organizaciones delictivas, que se tomó los salones, baños, jardines y cualquier rincón solitario de los colegios públicos y privados de la republica

Rara vez los padres reconocen que sus hijos están relacionados con drogas, los rectores no informan la mayoría de los casos, por temor a dañar la imagen de sus establecimientos educativos, los vecinos de los colegios sienten miedo de sufrir represalias si denuncian y, por obvias razones, los estudiantes se abstienen de hacer cualquier comentario o delatar a sus compañeros de curso.

Y ante esta situación, las autoridades lo único que atinan a decir es que falta mayor colaboración ciudadana, y dejan casi toda la carga de responsabilidad del combate a este delito, en manos de la comunidad.

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