miércoles, 15 de junio de 2011

Internet: un modo contemporáneo de esclavitud - La Opinión de Tenerife

MYRIAM Z. ALB?NIZ Son especialmente preocupantes aquellas que, aun pudiendo padecerse a cualquier edad, inciden espec?ficamente sobre el ?mbito juvenil, por lo general m?s expuesto a peores consecuencias. Alcoholismo, drogadicci?n,embarazos no deseados o trastornos alimentarios son algunos ejemplos de factores externos que exigen del adulto un especial celo en la formaci?n de unos hijos en per?odo de crecimiento. Esa ineludible supervisi?n ha de llevarse a cabo sobre los medios de comunicaci?n tradicionales muy particularmente sobre el, a d?a de hoy, m?s influyente y adictivo de todos ellos: Internet.

Seg?n estudios recientes sobre la materia, ha aumentado en los ?ltimos a?os la adicci?n patol?gica a la red en los adolescentes espa?oles, con una clara superioridad respecto de otros trastornos mentales o conflictos propios de esta etapa vital. Ya se est? comprobando cient?ficamente que el uso desmedido de esta alternativa de comunicaci?n puede provocar graves problemas u ocultar los existentes, puesto que en el mundo virtual el joven puede refugiarse e, incluso, crearse una identidad falsa para cubrir sus carencias de la vida real. En su cotidianeidad, los muchachos que presentan falta de integraci?n social, baja autoestima o escaso control de los impulsos empiezan a recurrir con frecuencia a la creaci?n de personalidades artificiales a trav?s de un proceso tan silencioso como devastador. Las redes sociales Facebook y Tuenti, entre otras, se han convertido en una nueva droga para muchos, hasta el extremo de que hay quienes no pueden estar m?s de quince minutos sin mirar su perfil por si alguien les ha enviado un mensaje. Se trata de personas que sufren dependencia y s?ndrome de abstinencia de unas actividades normales y aceptadas socialmente pero que, cuando sobrepasan unas fronteras no siempre f?ciles de determinar, se convierten en enfermizas. En principio, dedicar una hora diaria al ordenador no constituye una conducta de riesgo pero la gravedad surge, no tanto por una cuesti?n cronol?gica como por la sustituci?n o, lo que es peor, el abandono de otras actividades beneficiosas para el desarrollo de la persona. No es infrecuente dejar de lado las pr?cticas deportivas, las salidas con los amigos o las reuniones familiares para instalarse delante del ordenador hora tras hora.

La Organizaci?n Mundial de la Salud enmarca este tipo de trastorno dentro de las denominadas "adicciones sin sustancia", que afectan al 25% de la poblaci?n y, de forma prevalente, a la juventud. No s?lo los psiquiatras sino incluso los m?dicos de Atenci?n Primaria est?n alertando del auge de algunos enganches sumamente perjudiciales como el juego patol?gico, las compras compulsivas o la pr?ctica sexual desmedida. A nadie se le escapa que la adolescencia es un periodo de turbulencia desde el punto de vista emocional, f?sico y sexual en el que pueden debutar h?bitos perjudiciales que se consoliden a lo largo de la edad adulta. En este sentido, los especialistas aconsejan a los padres que se interesen por sus hijos de forma manifiesta y que centren su atenci?n sobre dos par?metros que pueden resultarles indicativos de un rumbo equivocado. El primero es la disminuci?n repentina del rendimiento acad?mico. El segundo, un patente cambio de rutinas sin explicaci?n l?gica. No se trata de obviar las innumerables ventajas de Internet, que las tiene y muchas sino, simplemente, de abogar por un uso razonable de las mismas. Ser?a deseable que los adultos de quienes dependen estos esclavos contempor?neos estuvieran al tanto de los contenidos en los que bucean porque, s?lo disponiendo de informaci?n fehaciente, podr?n realizar un diagn?stico correcto del problema para, con o sin ayuda profesional, resolverlo. Constatar que las cadenas y los grilletes de anta?o presentan hoy el aspecto de PCs, Blackberrys o Ipads resulta ciertamente desolador.
www.loquemuchospiensanperopocosdicen.blogspot.com

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